jueves, 27 de mayo de 2021

El conejito y las zanahorias

 Sipnosis: Una calenturienta hembra enloquece por el confinamiento de pandemia y acaba consintiendo al hermano de su padre... ¿O lo hará con más de uno?





Sandra no era virgen, había estado con varios hombres pero nadie más lo sabía. Pese a tener un cuerpo erótico, su actitud pura e infantil escondían perfectamente su lado sucio y obsceno. Al tener semejante cuerpo, con tran grandes pechos y un trasero tan provocativo, se había acostumbrado a vestir respetando su estilo porque, se vistiese como se vistiese solía provocar el mismo efecto en los hombres. Sandra amaba provocar a los hombres con vestimentas calientes, incluso si luego aparentaba inocencia e ignorancia. Sandra tenía una regla: No tener sexo con amigos ni familiares, y los motivos eran obvios. Por eso, pese a que sus propios tios y primos la habían intentado cortejar en el pasado, siempre los había evitado con habilidad... Pero entonces sucedió la pandemia, y la región donde vivía fue muy estricta. Más de 6 meses de confinamiento, Sandra se sintió muy sola en su cuarto y eso la cambió. 



Las fotos que subía a instagram empezaron a reducir su cantidad de ropa al tiempo que subían los meses encerrada. Entre todos los ''me gusta'' y todos los mensajes proponiéndole cosas que no le importaban, encontró los ''me gusta'' de su tio, el hermano mayor de su padre... Y lo peor es que no era el único de sus tios. El encierro por COVID le hizo interesarse por ver hasta donde estaban dispuestos a llegar sus tios con ella, tal vez por eso le siguió el juego a su tio Claus. No era la primera vez que le comentaba indirectas, pero aquella si fue la primera vez que ella le contestaba...








La conversación quedó ahí, él le siguió escribiendo pero ella le ignoro, creyendo que había llegado demasiado lejos. Cometió el error de exhibirse demasiado, de provocarle cuando venía a casa cuando las medidas pandémicas se relajaban... Creía que al estar su padre él no podía tocarla, hasta que un día su padre, su madre y sus hermanas pequeñas se fueron a comprar y el tio Claus decidió vengarse. Ella se lo había pasado bien a su costa, pero ahora le tocaba a él joderla bien. 



El tio Claus la respeto, y como el conejo caliente estaba a dieta, le metió la zanahoria por el culo evitando los humedos labios. La casa se llenó de gemidos de Sandra, sin que ella pudiese reconocer lo hambrienta que estaba después de 6 meses sin polla. Para su sorpresa, su tio follaba muy bien... La besaba con desprecio, la jalaba del pelo y hacia retumbar su culo. Ella se mordió los labios para no pedirle que se follase su coño, se moría por que lo hiciese... Quería ser penetrada vaginalmente, pero eso sería incesto y era inmoral. Sus padres casi los pillan, así que con una excusa cutre el tio Claus se llevó a su sobrina al coche y, aparcando en un callejón, volvió a abordarla. Sandra se sintió sucia, como una puta. Su propio tio la besaba y se la follaba como si fuese una cortesana... Y lo peor de todo es que parecía saber que ella estaba insatisfecha con el sexo anal. Pero estaba a dieta y su conejito no podía comer zanahoria. 




Entonces Tio Claus tuvo una idea... Si iban a casa de su otro hermano, Arthur, un gordo insufrible, tal vez podrían pasárselo mejor. Y si bien podía parecer repugnante: Dos hombres de cuarenta años follándose a un caramelito de 18 que, para más inri, era su propia sobrina... Pues para Sandra era una situación enfermiza pero caliente como el infierno. Tras 6 meses de castidad, con el culo abierto y el conejo lubricado y preparado aceptó tímidamente la propuesta de Claus y entró en la casa de su otro hermano de su padre. Los tres sabían muy bien que iba a pasar ahí, nadie fue engañado.




Jugaron con Sandra, la jalaron del pelo y la azotaron, exponiendo su deseo. Claus se folló un poco más el culo de su sobrina y la hizo suplicar, y suplicó. Quería ser follada con urgencia. 



Entonces, sin condón y con riesgo de embarazo, aceptó la zanahoria de su tio Claus en su conejito. No tardó en correrse, y debido a las ganas que tenía se folló a tu tio Arthur. Ambos hombres no la respetaron más por ser su familia, y le dieron duro haciéndola disfrutar como tres desconocidos drogados y excitados en un bar. No parecía haber lugar para las lamentaciones y las consecuencias en aquella casa. Todo olía a sudor, semen y la irresponsabilidad de tres adultos hartos de tanto COVID. 



Arthur quiso humillar a su sobrina, haciendo grabar a su hermano como esta se la chupaba en el baño y se corría en su boca. ¿Lo pasó ella mal? No, se divirtió y se mantuvo excitada con aquel juego sombrio. Desde que entró en la casa lo hizo como hembra, como si los oscuros fetiches de sus tios no fuesen la gran cosa.




Las horas pasaron y descansaron más de lo que follaron, pero cuando volvían a cogerse a Sandra lo hacían con una energía y una rabia que la dejaba exhausta. 



Aquella noche Sandra no durmió en casa... Sus padres estuvieron preocupados, pero sus tios estuvieron muy contentos con la desaparición de su sobrina que duró hasta el día siguiente. Los rayos del sol entraron por la ventana de Arthur e iluminaron el coño lleno de semen de su sobrina que había sido follada de todas las maneras posibles. Sus pollas estaban flácidas y no podían levantarse, pero ella tampoco podía más. Unas horas después, tio Claus llevó a su sobrina a casa en coche... No sin antes despedirse de ella en un callejón oscuro cerca de su casa, atrayendo peligrosas miradas sin que eso inhibiese a Sandra y al hermano de su padre.



3 comentarios:

  1. Este relato fue escrito inicialmente en ingles (De ahí las imágenes del chat) para una prueba en un servidor de discord. Si lo leéis, espero lo disfrutéis.

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  2. Ya te mandé un correo sobre este relato 😠

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  3. Corto, pero muy bueno. Ya se extrañaba. Y aunque reconozco que me gustan más los relatos largos esto no estuvo nada mal. Felicidades ¡¡¡

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